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viernes, 3 de abril de 2009

G-20: Reforzar "El nuevo orden mundial".Cap.1

La cumbre relámpago del Grupo de los 20 acortó diferencias y recapitalizó el Fondo Monetario Internacional
(FMI)....
...., abrió la lucha al proteccionismo y a paraísos fiscales, mientras miles de manifestantes representaban la voz de los desposeídos en Londres.

Unas cinco mil personas protestaron en la capital británica contra los intentos de reinventar el capitalismo y pasar por alto los estragos causados por la globalización neoliberal y los efectos de la burbuja financiera, mientras los culpables parecen quedar absueltos.
Una quiosquero murió, siete personas resultaron heridas de gravedad y 111 fueron detenidas, tras las protestas en la City de Londres.

Sin acordar nada sobre un nuevo orden financiero internacional, ni una moneda de reserva alternativa al dólar, los estadistas del G-20 propusieron en un paquete de un billón de dólares: 750 mil millones para el FMI y 250 mil millones para relanzar el comercio mundial.

La declaración final incluye la conversión del Fondo de Estabilidad Financiera en Consejo y la aprobación de mecanismos de control de las agencias de evaluación, así como un compromiso para evitar acciones proteccionistas, aunque siempre quedaran vías solapadas para hacerlo.
Asimismo, se estipula la necesidad de ampliar la regulación y supervisión de todas las instituciones financieras y mercados importantes, incluidos los fondos de alto riesgo, entre los principales detonadores de la crisis bancaria en Estados Unidos.
La cumbre se pronunció por vincular el salario y compensaciones de los ejecutivos con el rendimiento y beneficio de sus empresas. Un total de cinco billones de dólares, que busca elevar el Producto Interno Bruto (PIB) del mundo en cuatro por ciento, se desembolsarán en dos años, tanto a través del FMI, el Banco Mundial y otras instituciones financieras, como por donaciones individuales de países.

En el papel quedó el compromiso para dar a naciones emergentes como Brasil, China, la India, Sudáfrica o Corea del Sur un mayor poder en las decisiones que afectan a la economía mundial.

La reunión acogió a 20 estados, representantes de más del 85 por ciento del comercio en el orbe, en el cual casi la mitad de la población se acerca cada vez más al nivel de pobreza.

Para los expertos, los acuerdos adoptados dejaron intacta la esencia de la actual arquitectura financiera internacional, aún cuando no pocos países del Tercer Mundo claman por su transformación.

La cumbre apenas se compromete a proporcionar el tipo de esfuerzo sostenido necesario para restaurar el comercio, sin tomar ningún compromiso más allá de los billones de dólares para estabilizar los bancos, apuntalar la demanda y limitar el desempleo.

Existe un acuerdo para evitar la devaluación competitiva de las monedas nacionales, según el texto final de la cumbre que espera un aumento del cuatro por ciento del crecimiento económico mundial para fines del 2010.
La rapidez con que se aprobaron en Londres las astronómicas sumas para relanzar el sistema capitalista contrasta con la lista de asuntos pendientes que dejó sin resolver la cumbre en lo concerniente a los graves problemas sociales creados por la crisis económica en el orbe.
Esta medida de reforzar al FMI esconde el propósito de prestar dinero a los países en desarrollo durante una desaceleración, el cual es capacitarlos para que continúen políticas de expansión.

El propósito de la ayuda externa es permitir que esto suceda, en vez de que la economía sufra una contracción para mejorar la balanza comercial.

Claro, en un sentido, no es completamente justo culpar al FMI por el fracaso de sus políticas ya que el Fondo tiene un jefe: el Departamento del Tesoro de EE.UU. Aunque el FMI tiene 185 países miembros, Washington da las órdenes. Esta estructura fue establecida con la creación del Fondo en 1944, cuando Europa estaba en las ruinas y la mayor parte del mundo en desarrollo todavía estaba colonizado. China hoy tiene la segunda economía más grande y 1,3 mil millones de personas, pero solo 3,7% de las acciones con derecho de voto del FMI. Eso es después de una larga lucha de una década para reformar las acciones con derecho de voto, y para que China recibiera el aumento más grande en las acciones entre los países en desarrollo durante las reformas del Fondo el año pasado. Europa, Japón y los otros países ricos podrían vencer en votación a EE.UU., pero prefieren no crear problemas por miedo a que cualquier desafío al control de Washington sobre esta institución (y el Banco Mundial) pueda resultar en que los países en desarrollo tengan una voz.

Se dio, comprensiblemente, un descontento en EE.UU. cuando la administración de Obama designó a posiciones importantes a personas que habían sido responsables en gran parte por el desastre económico actual. El FMI tiene el mismo problema, pero mucho peor. Los individuos nombrados por Obama serán presionados a renunciar si fracasan, y los demócratas tienen que preocuparse por la re-elección. No existe responsabilidad comparable en el FMI.


¿Qué esperanza hay, entonces, para una reforma?

Para reformas inmediatas, hay presión por parte de la sociedad civil organizada que ha tenido éxito en forzar la cancelación de la deuda para países pobres de unos $88 mil millones en la última década. Coaliciones como la de 138 organizaciones, Put People First, en el Reino Unido están presionando al FMI y al Banco Mundial para que se abstengan de imponer condiciones perjudiciales a países pobres y que cancelen más deuda. Les están pidiendo a los países más ricos que cumplan con sus compromisos de ayuda. En EE.UU., la organización con bases religiosas, Jubilee USA, y grupos aliados están presionando al Congreso para que autoricé al FMI a vender parte de sus decenas de miles de millones de dólares en reservas de oro, y usar ese dinero para la cancelación de la deuda de los países pobres.
Propuestas más ambiciosas para reformas de largo plazo provienen de la Comisión de las Naciones Unidas encabezada por el premio Nobel en economía, Joseph Stiglitz. Esta comisión está proponiendo un Consejo Económico Global, una expansión del sistema global de reservas y otros convenios - incluso ayuda constante a países pobres - que no estarían sujetos a la censura de los países ricos como sí lo están el FMI y el Banco Mundial actualmente. Esta semana el gobierno de China anunció su apoyo a una moneda de reserva global para reemplazar al dólar.
Mientras tanto, las reformas más importantes se llevarán a cabo a niveles nacionales y regionales, más allá del G7 y el nominalmente expandido G20. En meses recientes China ha extendido acuerdos de intercambio de divisas de miles de millones de dólares a Corea del Sur, Hong Kong, Indonesia, Malasia y Bielorrusia, después de rechazar las peticiones de los países ricos para darle más dinero al FMI en la ausencia de una reforma institucional. Los países ASEAN +3 (la Asociación de Naciones Asiáticas del Sureste más China, Japón y Corea del Sur) están encaminándose hacia la creación de un Fondo Monetario Asiático de $120 mil millones. Y se espera que el Banco del Sur de Sur América se inaugure en mayo con un capital inicial de $10 mil millones de Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Uruguay.
Si los países en desarrollo están dispuestos a demostrarle al G7 que pueden alejarse de cualquier acuerdo que pueda perjudicarlos, mientras generan alternativas propias a nivel nacional y regional, los gobiernos de los países ricos finalmente verán la necesidad de reformas financieras internacionales serias. http://www.ecoportal.net/

LONDRES, 3 de abril (PL).—
Mark Weisbrot es codirector del Centro de Investigación Económica y de Políticas (Center for Economic and Policy Research) en Washington, D.C. - Este artículo fue publicado en el diario The Guardian Unlimited el 25 de marzo de 2009. Para ver la versión original en inglés, por favor pulse aquí.

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