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domingo, 30 de noviembre de 2008

Massa


Biografía no autorizada
Sergio Massa: El último gran camaleón de la política argentina
CAPITAL FEDERAL, Octubre 14 (Agencia NOVA) Con tan sólo 36 años –nació en la Ciudad de Buenos Aires el 28 de abril de 1972–, Sergio Tomás Massa podría escribir un libro contando su historia inmerso en la arena política, y el mismo tal vez podría constar de dos tomos.

Al primero, harto conocido gracias a su paso por cuanto medio de prensa existiera luego de haber sido designado jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, tras la dimisión de Alberto Fernández, se lo podría catalogar como la “historia oficial”, y hablaría de su inicial militancia en la hoy casi obsoleta Unión de Centro Democrático (UCeDe); de su posterior paso al PJ; de su conexión con Eduardo Duhalde; de su ingreso a la vida pública como diputado bonaerense, allá por fines de 1999; de sus vínculos con Ramón “Palito” Ortega, momento en que conoció a quien hoy es su esposa, Malena Galmarini, la hija del “Pato”; de su Dirección Ejecutiva de la ANSeS durante el gobierno de Duhalde y, posteriormente, de Néstor Kirchner; de su elección como intendente de Tigre, torciéndole el brazo al vecinalismo local, y de su flamante llegada al Gobierno nacional de Cristina Fernández.

El segundo, que podríamos mencionar como su “biografía no autorizada”, probablemente no sea del agrado de la persona a quien se describe, pues consta de una fracción de la vida de Massa que tal vez pretenda olvidar. Veamos.

Originalmente estuvo vinculado al fugaz partido político UCeDe, en el sector ultraliberal de José María Ibarbia denominado “Integración”; pasó luego a las filas del Partido Justicialista en el marco de la oscura gestión de Ramón Ortega, resultando en esa oportunidad electo diputado provincial por la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, lo que pocos saben es que Massa, mientras ocupó las oficinas de "Palito", habría desviado gastos en provecho propio y aún se lo recuerda escapando de ciertos hoteles de alta categoría para no pagar sus cuentas, en el marco de la campaña presidencial del año ’99, cuando el tucumano compartía el binomio peronista junto al hombre fuerte de Lomas de Zamora, fórmula finalmente perdedora en manos de la Alianza de Fernando De La Rúa-Carlos “Chacho” Álvarez.

Gracias a sus vínculos con Eduardo Duhalde, fue nombrado director ejecutivo de la ANSeS. De hecho, su designación como titular “interino” fue refrendada por el ex Presidente. En 2005 fue electo diputado nacional, pero renunció a su banca para seguir al frente de la ANSeS a pedido de otro de sus "padrinos": el presidente Néstor Kirchner. Desde entonces ha sabido forjar una imagen de sí mismo de transparencia, barriendo bajo la alfombra todo dato que pueda comprometerlo de su pasado.

En su paso por la UCeDe fue vicepresidente 1° de la Juventud de ese partido político de la provincia de Buenos Aires –en el período 91-93– y para ello encabezó la lista que ganó en la 1° sección electoral bonaerense, denominada “Nueva generación”. Tan encarnizado estaba en la causa liberal, y tan antiperonista manifestaba ser, que a los dirigentes ucedeístas que dejaban el partido para irse al peronismo les cantaba unas letras que decían “Adelina, Adelina (por Adelina Inés Dalesio de Viola), que amargada se te ve, mientras vos te vas al PJ, te robamos la UCeDe”.

Amén de la “historia oficial”, que manifiesta que su llegada al PJ se produjo de la mano de “Palito” Ortega, la verdad contaría que sus primeras “muestras de cariño” hacia el brazo político del movimiento de masas más grande de Latinoamérica se produjo en 1994, de la mano del gremialista gastronómico Luis Barrionuevo, cuando este último le otorgaba todos los meses un sobre con $5.000 para mantener su estructura en el partido bonaerense de San Martín, hacia donde se mudó desde la Capital Federal.

Ya por el año ’96, y gracias a los vínculos del barrionuevismo con el Gobierno de Carlos Menem, habría sido la cabeza de la generación de un grupo ultramenemista bonaerense que se financiaba con $10.000 mensuales, dinero que retiraría de la estratégica Secretaría General que encabezaba en ese entonces Alberto Kohan.

Ya por el ’97, cuando su futuro estaba prácticamente escrito con una novia que tenía desde su estadía en el barrio porteño de Flores y sus estudios de la Universidad de Belgrano, al punto de que poseía impresas las invitaciones nupciales, la habría abandonado repentinamente para ponerse de novio con la mencionada Malena Galmarini (hija del “Pato” y Marcela Durrie).

Integrado a las filas del orteguismo, fue él junto a Pablo Fontdevila –una persona que luego lo acompañaría en la ANSeS– quien convenció al cantante para cerrar con Duhalde a cambio de la vicepresidencia de la Nación, diputaciones y otras cuestiones –las malas lenguas hablan de esas “cuestiones” como de índole material y de color verde–.

Amén de ese acuerdo –es decir el vínculo Duhalde-Ortega–, cuando en el cierre de candidatos del ‘99 peligraba su lugar en la nómina de diputados provinciales por la primera sección electoral, le habría pedido a su suegro (Galmarini) que hablara con Duhalde para garantizarle el 7° lugar en la lista. Resultado de ello, ingresó a la Cámara Baja bonaerense, aunque apenas pudo hacerlo contando los votos en el edificio de 8 y 50 de La Plata, donde se localiza la Junta Electoral, por tan sólo 55votos.

En este punto del derrotero político de Massa se habría producido una inflexión importante: llevando tan sólo escasos días de haber asumido como legislador, averiguó a qué lugar y en qué hotel fue de vacaciones Duhalde y su esposa Hilda “Chiche” González y se presentó de improvisto en el mismo paraje, el Playa del Carmen, donde produjo un encuentro “casual” que luego le serviría para –previa jura de fidelidad eterna–, comenzar a encaminar su carrera.

Cuando contrajo definitivamente matrimonio con Malena, en 2001, invitó a su casamiento a Carlos Menem –políticamente enemistado con Duhalde–, quien concurrió junto a su pareja chilena, Cecilia Bolocco. Sin embargo, ya en el Gobierno de Duhalde y comandando los destinos de la ANSeS, cortó “para la gilada” sus vínculos con el menemismo, aunque nunca habría dejado de ayudarlos vía el legislador nacional Adrián Menem, sobrino del ex Presidente.

Tras pasar a engrosar filas kirchneristas, y también jurarle “lealtad eterna” –promesas más que comunes en la vida de Massa–, jamás cortó sus vínculos con el duhaldismo, y siempre que pudo le dio una mano a través su suegro, Fernando Galmarini.

Desde el kirchnerismo, forjó una fuerte amistad con uno de los periodistas estrella de Radio 10, el Canal 9 de Daniel Hadad y, más acá en el tiempo, el canal de noticias C5N: Eduardo Feinmann, junto a quien poseería un yate varado en el Tigre por un valor de 2 millones de pesos.

Más allá de integrar el Gobierno nacional, no confía plenamente en la vida política de los patagónicos, y por eso, además de sus contactos con el duhaldismo, mantendría vínculos con el macrismo a través del vicepresidente de la Legislatura porteña, Diego Santilli, un viejo compañero de ruta en el orteguismo.

Para finalizar, quedará flotando en el éter una pregunta que, para un futbolero de ley, hará más mella que toda la carga de datos anteriores: siendo autoridad del Club Atlético Tigre, ¿será cierto que nunca fue hincha del conjunto de Victoria, y que su equipo de toda la vida es Chacarita Juniors? (Agencia NOVA)

Kirchner se cansó de Massa y lo mandaría de candidato a la provincia de Buenos Aires
El Jefe de Gabinete enerva al marido de la presidenta pero mide bien en los sondeos de cara a las elecciones 2009. Las razones del fastidio K.

30.11.2008 10:24

Néstor Kirchner quiere a Sergio Massa lejos del Gabinete. Foto: Cedoc
Ampliar Sergio Massa no atraviesa un buen momento político dentro del Gabinete de Cristina Fernández. Desde hace tiempo ha dejado de ser el hombre que traía la esperanza de renovación al Gobierno, tras la derrota de las retenciones al campo. Y en gran medida esta situación es producto de una situación insoslayable: Néstor Kirchner ya le bajó el pulgar y es muy difícil que se reconcilie con él. “Es muy complicada su relación con el ex presidente”, reconoció a este diario un funcionario que suele compartir la intimidad de la Quinta de Olivos. La situación se agravó irremediablemente cuando Massa descartó la posibilidad de instrumentar una doble indemnización, y de inmediato Kirchner y el ministro del Interior, Florencio Randazzo, lo desautorizaron.
Si bien en otro momento esta situación podría haber sido la antesala de una renuncia, ahora es más improbable una salida intempestuosa porque, paradójicamente, Massa es el hombre con mejor intención de voto que el kirchnerismo puede ofrecer en la provincia de Buenos Aires, incluso por encima de la del ex presidente. Según una encuestadora de consulta en la Casa Rosada, Massa mide entre cinco y diez puntos más que Kirchner en Buenos Aires. En consecuencia, lo más probable es que una salida elegante se articule a través de la postulación del jefe de Gabinete a la cabeza de la lista de Diputados en los comicios del próximo año.

Mediático. Una de las cosas que más enerva a Kirchner es el protagonismo mediático de Massa y su ansiedad por exponer la agenda gubernamental, una estrategia que confronta con el hermetismo que pregona el kirchnerismo más íntimo. Lo que para el jefe de Gabinete es estrategia comunicacional, para los santacruceños que suelen frecuentar a diario al ex presidente, es “pura frivolidad”. Así tildaron la idea de Massa de convocar a la conferencia de prensa de la era de Cristina. Mientras Massa habla con los periodistas, Kirchner fustiga a los medios. Mientras el primero busca un acercamiento con los empresarios de medios, el segundo deja que los camioneros bloqueen las distribuidoras de los diarios.

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