Repsol YPF participa de la exploración en Malvinas
A la hora de analizar los actos del Gobierno kirchnerista siempre es necesario diferenciar lo que se dice respecto a lo que efectivamente se hace.
En los últimos meses, la administración K se quejó públicamente -en reiteradas ocasiones- sobre la decisión del Reino Unido de buscar petróleo en las Islas Malvinas, en una clara violación de la soberanía argentina. Se calcula que en la plataforma de Malvinas hay recursos hidrocarburíferos por 60 mil millones de barriles de petróleo, el equivalente a 30 veces la deuda externa de nuestro país.
Eso no fue todo: la presidenta Cristina Kirchner anunció que aplicará sanciones a las petroleras que trabajen en nuestro país y tengan vinculación con la explotación petrolera en el archipiélago del Atlántico Sur. Y firmó el decreto 256/2010, que obliga a las embarcaciones que quisieran transitar entre puertos argentinos y las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur a pedir autorización al Estado.
Como era de esperarse, poco y nada se hizo. Y la vinculación societaria entre las petroleras inglesas que iniciaron la explotación en la cuenca offshore de Malvinas y las empresas que actúan en el continente argentino (muchas de ellas con estrechos lazos con el poder político) es contundente e inocultable.
Según un informe del ex diputado nacional Mario Cafiero, al que tuvo acceso Hoy, esta interrelación devela un aspecto desconocido de la cuestión: quienes son los que realmente armaron el negocio del petróleo en Malvinas. “Sabíamos que formalmente eran cuatro empresas británicas: Desire, Rockhopper, Falkland Oil&Gas y Borders Southern. Pero ahora sabemos que detrás de ellas, a través de la inversora anglo estadounidense Blackrock, están vinculadas con el negocio dos de las más grandes petroleras de Argentina: Repsol-YPF y Panamerican Energy (BP-Bridas). También el banco Barclays, nombrado por el Gobierno como coordinador del canje de la deuda externa”, dice el informe. Y concluye: “Ha habido groseros errores políticos, mala praxis y también complicidades”.
De esta manera, .......
.........quedó demostrado que el Gobierno miró para otro lado cuando Repsol-YPF admitió la incorporación de un accionista minoritario (Blackrock) que, a su vez, es accionista o está vinculado directa o indirectamente con todas y cada una de las empresas petroleras británicas que pretenden operar en Malvinas.
Cabe recordar que al incorporarse el grupo Eskenazi (de conocida cercanía con los Kirchner) como otro socio minoritario de Repsol-YPF, pero quedándose con el control operativo, el Gobierno dijo que la petrolera había sido “argentinizada”.
La semana pasada, el diputado Pino Solanas solicitó ampliar el castigo a las firmas que ayuden a la plataforma británica. En diálogo con Hoy, Félix Herrero, jefe de Asesores de la comisión de Energía que preside Solanas y vicepresidente del Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno), afirmó que “hay relaciones directas e indirectas entre las petroleras que operan en nuestro país y aquellas que están trabajando en las Malvinas”.
“Incluso, Repsol ha avalado la postura de la Unión Europea que ha catalogado como dominio marítimo a las Malvinas. Eso no es todo: le está proveyendo combustible a los ejércitos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que integra Inglaterra”, dijo Herrero.
En ese sentido, lo actuado por la diplomacia K está bajo la lupa, ya que nada hizo frente al Tratado de Lisboa, que incorporó como territorios de ultramar de la Unión Europea a las Islas Malvinas y su proyección antártica. Esa decisión, que implica una clara violación a la soberanía argentina, se podría haber evitado sólo con el hecho de que uno solo de los 27 países miembros de la UE se opusiera.
Herrero afirmó que las sanciones que dicen que aplicará el Gobierno de “poco servirá” si sólo se instrumentan contra empresas hidrocarburíferas, por lo que “hay que hacerlas extensivas a empresas financieras (como Barclays), comerciales e industriales”. El especialista remarcó, en ese sentido, que la firma Pan American Energy, en la que son socios la familia Bulgheroni y British Petroleum, ganó la concesión por 40 años de la explotación de las reservas de Santa Cruz, gracias al apoyo del Gobierno de esa provincia que reporta directamente a la Casa Rosada. La semana pasada se conoció que Bulgheroni cedió el 40% de sus acciones a la gigante empresa estatal china Cnooc, por 3.100 millones de dólares, y durante el fin de semana reconoció que tiene intenciones de quedarse con las acciones de Repsol para poder controlar YPF.
Por su parte Barclays -el gigante financiero preferido del ministro de Economía, Amado Boudou- también tiene participación en la Minera La Alumbrera, que está acusada por saquear recursos naturales (amparados por el Gobierno nacional) y provocar graves daños al medio ambiente.
La estrategia inglesa
Según la investigación de Mario Cafiero, la estrategia británica siempre estuvo clara: “Vienen por el petróleo y se armaron militarmente para ello”. “Pero saben que no pueden llevarse todo el botín, porque el mundo empezó a mirar lo que está pasando en el Atlántico Sur. Son 5.000.000 de km2 en disputa, con recursos incalculables. Van a pretender mostrar un “acuerdo” con la Argentina. Están preparando una limosna disfrazada posiblemente como derecho de reparación ambiental para querer conformarnos. Y el Gobierno, como si operara en tándem con la diplomacia británica, les está haciendo peligrosamente el juego”, dijo el ex legislador.
Para Cafiero, en vez de regionalizar o sudamericanizar el conflicto, lo ha reducido al mínimo al decidir ceder la mitad de las regalías petroleras de la Cuenca de Malvinas, a favor de la provincia de Tierra del Fuego. Y para que sea la gobernadora Fabiana Rios la que salga a negociar con los isleños, las petroleras británicas, e incluso con el Reino Unido, “unos acuerdos petroleros aun más deplorables y denigrantes de los que firmó el canciller Di Tella en 1995, inspirado en la política de las relaciones carnales”.
“De esta forma lo ha equilibrado a favor de Inglaterra, al contraponer no los 41 millones de habitantes de Argentina contra 2.000 kelpers; sino los menos de 130.000 habitantes de Tierra del Fuego, contra 2.000 isleños. Y a la par avanza sospechosamente e impunemente con curiosas componendas”, concluye el informe.
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