.

lunes, 29 de junio de 2009

El día que se rompio el espejo

Voto contra el oficialismo nacional -Por Rosendo Fraga Especial para la nacion.com

Las elecciones previas a las presidenciales en la Argentina, como las realizadas el 28 de junio, aunque sean sólo legislativas, son también pre presidenciales, como lo muestra el análisis de las cinco precedentes.
Quien pierde estas elecciones, pierde las presidenciales siguientes. Así sucedió en 1987, 1993 -en ambas todavía el mandato presidencial era de seis años-, 1997, 2001 y 2005.
El resultado de la elección legislativa propiamente dicha es claro y contundente. En el Senado el oficialismo ha quedado con un legislador menos que la mayoría y además el bloque oficialista puede sufrir deserciones, que lo disminuyan aún más. En Diputados, el oficialismo queda a más de 30 bancas del quórum propio.
Los dos casos precedentes de administraciones que gobernaron sin el control de ambas cámaras fueron traumáticos: Alfonsín en el final de su mandato y De la Rúa en sus dos años de gobierno.Como pre presidenciales es claro que el resultado termina con las posibilidades del kirchnerismo de imponer un candidato ganador en 2011.
Es que el oficialismo no sólo perdió la decisiva provincia de Buenos Aires, sino que salió cuarto en Capital y Córdoba; tercero en Santa Fe; fue derrotado por aproximadamente 25 puntos Mendoza; perdió en Entre Ríos y hasta en Santa Cruz, la provincia del matrimonio Kirchner.
Fue un voto contra el oficialismo nacional, más allá de sus triunfos en provincias chicas.
Pero ello no implica que el peronismo no pueda ganar la próxima elección presidencial.
Al ganar Reutemann en Santa Fe, esta fuerza cuenta con un candidato que representa en personalidad, ideología y estilo político, exactamente lo contrario a Kirchner.
Como elecciones pre presidenciales, las del 28 de junio también han definido chances o posibilidades para las candidaturas.
Kirchner queda fuera de carrera y su delfín, el gobernador Scioli, queda debilitado con el triunfo de Francisco De Narváez en Buenos Aires, quien en los hechos ha lanzado su candidatura para la gobernación de la provincia.
El tercer lugar del Acuerdo Cívico y Social en Capital, debilita la candidatura de Carrió y el triunfo del Pro en el distrito, mantiene la de Macri.
El mencionado triunfo de Reutemann en Santa Fe potencia su candidatura y complica la del Gobernador Hermes Binner, quien buscará recuperar terreno ganando las municipales que se realizan en esta provincia en agosto.
A su vez, la categórica victoria de Cobos en Mendoza, fortalece su candidatura.
Aunque muchas cosas pueden cambiar durante los próximos dos años y medio hasta la finalización del mandato de Cristina Kirchner, hoy pareciera que Reutemann puede ser el candidato con más chances en el peronismo y Cobos en el no-peronismo.
Ambos son ideológicamente de centro, moderados en su estilo político y tienen buena relación con el campo. En realidad, son el opuesto de Kirchner, caracterizado por una ideología de centro-izquierda, un accionar político confrontativo y una mala relación con el campo.
Tanto la derrota en las legislativas como en las pre presidenciales, a lo que se suma al significado antikirchner de los candidatos que hoy parecen tener presidenciables más posibilidades, confirman que se ha registrado un voto por el cambio.

Sobrevuela el fantasma de una crisis en el Gobierno
La agenda oficial y el control del PJ, en riesgo Mariano Obarrio LA NACION

Quien menos esperaba la derrota de ayer era Néstor Kirchner. Sus ministros y encuestadores lo prepararon para una victoria con aroma a venganza. Con el rotundo revés en la pelea por los diputados bonaerenses, y con el fracaso en Santa Cruz y otros distritos propios, la Casa Rosada temía anoche que se aceleraran la crisis de gobernabilidad, los pases y saltos en el peronismo y el recambio en el gabinete.

Como candidato a diputado en la provincia de Buenos Aires, Kirchner tuvo la peor derrota electoral de su vida política frente al peronismo disidente, encabezado por Francisco de Narváez.
Los dos pilares del poder de disciplinamiento de Kirchner fueron en seis años su popularidad -y su capacidad de ganar elecciones- y su manejo discrecional de los recursos crecientes del Tesoro. Ambos pilares están en crisis terminal: perdió en las urnas y la caja flaquea por la caída de ingresos.
Con Carlos Reutemann ganador en Santa Fe, y con un triunfador en Buenos Aires como De Narváez, el liderazgo nacional en el PJ para 2011 quedó en plena discusión. Quedó abierta la danza de pases y negociaciones en el peronismo. Sin la jefatura peronista
Lo cierto es que la jefatura de Kirchner en el PJ quedó ayer herida de muerte. También se complicó el panorama del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que ante un triunfo se imaginaba como un claro candidato presidencial en el futuro.
El radar de los jefes territoriales peronistas -intendentes del conurbano y gobernadores del interior- comenzó anoche a buscar nuevas referencias, admitían a LA NACION en el kirchnerismo. Y en estos días podría surgir Eduardo Duhalde para ofrecerse como arquitecto de un armado bonaerense con viejos caudillos kirchneristas heridos.
Los bloques de senadores y diputados del kirchnerista Frente para la Victoria quedarán reducidos desde el 10 de diciembre próximo. Y Kirchner perderá la mayoría de la que gozó durante seis años. Pero el efecto político de la derrota podría acelerar las deserciones entre los propios legisladores.
"¿Quién nos asegura que los 44 senadores y los 115 diputados actuales nuestros seguirán siendo de Kirchner tras este fracaso?", señaló a LA NACION un funcionario de la Casa Rosada. En el peronismo habrá nuevos reacomodamientos. Ayer se rompió la relación entre varios intendentes y Kirchner. La agenda oficial quedó en riesgo de parálisis. El Gobierno imaginaba aprobar en el Congreso, en este semestre, la ley de radiodifusión y otras para sostener la recaudación tributaria y aumentar la intervención del Estado en la economía. El primer efecto será, comentaban anoche en el hotel Intercontinental, una demora fatal de esas iniciativas.
Otro riesgo para la gobernabilidad, agregaban, podría ser el crecimiento de protestas sociales, reclamos salariales y manifestaciones de protestas de sectores disconformes. Y en el entorno de Kirchner aseguraban anoche que les preocupa la reacción de sectores adversos a Kirchner, como el campo, el empresariado y la prensa. En el Gobierno temen que sobrevenga una crisis política.

La derrota podría acelerar cambios de gabinete. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, o el ministro del Interior, Florencio Randazzo, podrían reemplazar al jefe de Gabinete, Sergio Massa. El titular de Economía, Carlos Fernández, podría trasladarse a la AFIP para ceder su lugar a Amado Boudou, director de la Anses. También es inminente la salida de Graciela Ocaña de Salud, aunque todavía no tiene nombres para su reemplazo.

No hay comentarios: