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martes, 17 de marzo de 2009

Seamos el Cambio

Seamos el Cambio - Tu Minuto de Coaching - por Guillermo Echevarria - Tu Minuto de Coaching - por Guillermo Echevarría

Detuvo el taxi en la esquina. Habíamos llegado a destino pero ninguno de los dos quería dejar la conversación en la que estábamos.

Si entendí bien –dije avisando que haría un resúmen- me contaste que viven juntos pero que duermen en camas separadas porque ella todavía no te perdona que hayas estado con otra mujer. También me dijiste que vos querés acercarte pero que ella no quiere hablar… ¿te puedo hacer otra pregunta? El taxista hizo un gesto afirmativo con la cabeza y yo continué: Si ayer ella hubiese dormido con vos… ¿cómo la tratarías hoy?
-Y… muy bien… estaría contento, la cuidaría… no sé, sería distinto.
-Bien! Entonces, te invito a que esta noche la trates como si ayer hubiesen dormido juntos y que mañana a la noche vuelvas a hacer lo mismo y así todas las noches mientras sigas apostando por la relación.
-¡Uuy! Claro, eso puede funcionar -dijo, mientras la cara se le iluminaba. Se quedó asintiendo con la cabeza y pensó en vos alta: ¡Empiezo a hacer las cosas como que ya está funcionando!
-Sí, exactamente –le dije- pero hay una manera segura de fallar en esto: hacerlo para que ella cambie. Sólo funciona si lo haces porque querés hacerlo, porque es lo que declaraste que querés ser en la relación con ella. Quizá ella cambie y quizá no. Lo único que vos podés elegir es qué espacio le vas a regalar como pareja. Ella elegirá si quiere jugar en ese nuevo espacio.
-Bueno, muchas gracias flaco! –me dice y me agarra el hombro.
-Muchas gracias a vos también –le dije. Quizá él no lo supo, pero para mí fue lo más lindo que viví ese día: un momento de conexión total con otra persona.
Un momento en el que me dediqué a escuchar su para qué.
-Me gustaría que un día me cuentes como te va con tu desafío- le dije. Le di mi tarjeta y me despedí. Cerré la puerta del taxi y busqué las llaves de mi casa. Mientras el ascensor subía yo seguía pensando.
En el frente de la tarjeta que acababa de entregar había impresa una frase de Gandhi que de alguna manera resumía lo que habíamos estado conversando: Seamos el cambio que queremos ver en el mundo. El taxista quería ver unión, paz y perdón en su pareja. En lugar de seguir quejándose de que todo eso no estaba en su relación, esa noche entró a la cancha de la vida de pareja siendo unión, paz y perdón.

¿Qué cambiaría en tu empresa si hoy jugaras como lo harías si ya te hubieran dado el aumento de sueldo, si ya fueses dueño o propietario de un porcentaje de las acciones, si ya te pagaran el doble por tus servicios como profesional independiente o si ya te hubiese contratado la organización con la que siempre soñaste?
¿Vas a esperar el aumento de sueldo, las acciones o que te contraten para ser ese profesional?
Quizá tu jefe, tu equipo, tu pareja o la organización de tus sueños estén esperando que seas primero para luego ofrecerte algo más grande o aceptar tus propuestas. Quizá el mundo esté esperando que apuestes.


Liderazgo es invertir. Liderazgo es dar primero.


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