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martes, 24 de marzo de 2009

El golpe en las fábricas. No olvidar

El golpe en las fábricas:Terrabusi. Carlos Reyes Terrabusi es un tradicional empresario de campo. Aunque la primera asociación con su apellido llama a recuerdos de dulces galletitas y golosinas, su legado casi lo obliga a amar la ganadería. Y su desarrollo personal lo exhortó, con el tiempo, a darle rienda suelta a su pasión por el polo.

Hombre de la Sociedad Rural Argentina y de la Asociación Argentina de Criadores de Hereford ha sabido madurar una pasión por la genética y crianza de sus caballos, tanto para su equipo, como para la venta. Eso es lo atrayente de su éxito, es un personaje que ha encontrado el equilibrio perfecto entre el deleite y el deber.

Gilberto L. H. Montagna
1988 - Fundación Konex
Diploma al Mérito
Dirigentes Empresarios

------------------------------------------------------------------------------------------------- La patronal que le dijo sí a Videla Lucho Aguilar - LVO 225

Este mes se cumplen 31 años del golpe militar de 1976. Iniciamos una serie de notas sobre la represión y resistencia del movimiento obrero en algunas de las fábricas más emblemáticas del país.
Lock out y agua bendita. El 16 de febrero de 1976, a las 18 horas, decenas de autos lujosos se estacionaban en doble fila junto a la iglesia Nuestra Señora del Inmigrante. Señoras coquetas y hombres elegantes se saludaban satisfechos. Ese día, la burguesía nucleada en la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias) realizaba un paro patronal en todo el país. El objetivo de la misa era ponerle el broche al lock-out y "en memoria de los empresarios abatidos por la violencia" (La Prensa, 16/2/76). Entre quienes organizaron la jornada en cuestión –que pasó a recordarse cada año como ‘El Día del Empresario’– estaba la COPAL, que agrupaba a los industriales de la alimentación. Los mismos que habían acaparado productos de consumo masivo los meses previos al golpe, para provocar desabastecimiento. El titular de la COPAL era, en ese momento, Gilberto Montagna. Junto a Carlos Reyes Terrabusi eran los directores de una de las alimenticias más grandes de la Argentina: Establecimientos Modelo Terrabusi S.A.Auge obrero y represiónEn los mismos días que los patrones de la fábrica conspiraban el golpe, los obreros de Terrabusi buscaban coordinarse con los de STANI y otras empresas del sector. El pliego que unía a los activistas incluía "aumento salarial, por mejores condiciones de trabajo y en nuestra propia defensa". (Avanzada Socialista, 2/76)Es que la represión militar y paraestatal se venía cobrando la vida de cientos de activistas obreros, y un sector de los delegados de Terrabusi formaba parte de las Coordinadoras Interfabriles de la Zona Norte. Por eso habían sido protagonistas de las marchas de junio y julio de 1975, la primera huelga general contra un gobierno peronista. Obreros de Terrabusi habían marchado con los contingentes de Ford, Alba, Matarazzo, Astarsa y Mestrina, en una movilización que concentró a 10 mil obreros de esa zona del Gran Buenos Aires.Pacheco militarizada Muchas fábricas de la zona amanecieron militarizadas el jueves 24 de marzo de 1976. Los gerentes de las empresas de la zona ya tenían preparadas las listas de activistas de cada fábrica. Cuando Pedro Troiani, obrero de Ford, llega a la comisaría 1ª de Tigre se encuentra con algunos conocidos: "en ese centro de detención había 25 delegados y activistas de Ford, de Terrabusi, y Astarsa. (…) Es decir, los activistas y cuerpos de delegados de las empresas de la zona".Los trabajadores buscaban proteger a sus delegados que aún no había sido secuestrados o asesinados. La agencia ANCLA (dirigida por Rodolfo Walsh en la clandestinidad), aseguraba en un cable fechado el 27 de agosto de 1976 que "un grupo de obreros de la planta industrial de Terrabusi S.A. de General Pacheco, provincia de Buenos Aires, elevó una nota al subjefe del área Tigre de las fuerzas militares.(…) La nota obrera reclama la libertad de Juan Esteban Ferreyra, delegado gremial del personal de esa planta". Ferreyra aún permanece desaparecido.Susana Ossola de Ferrarese, obrera de Terrabusi de 23 años, fue secuestrada en San Miguel el 22 de mayo de 1976. Un año más tarde le tocaba a Carlos Eduardo Becker, también obrero de la fábrica. Pero no fueron los únicos. La alianza entre militares y empresarios quería liquidar toda organización obrera combativa. Lo que el gorila y radical Balbín llamó "la guerrilla fabril". En el sindicato de la alimentación habían puesto un interventor para ‘representar’ a los trabajadores. El burócrata en cuestión, Lucero, venía de la derecha sindical, y pronto comenzó a ser odiado por los trabajadores de la fábrica.La resistenciaLa resistencia obrera se expresó de distintas maneras en la dictadura, y Terrabusi no fue la excepción. En los últimos meses de 1978 se registraron más de 1.300 conflictos obreros (Revista Mercado, 1978). El 27 de abril de 1979, empujados por la bronca reprimida que surgía entre los trabajadores, la cúpula de "los 25" - que agrupaba a un sector de la burocracia sindical -, convocó a un paro nacional. El paro se sintió en las alimenticias y en las automotrices de la zona norte. Pero lo que quedó grabado en muchos obreros de Terrabusi fueron las protestas que se dieron en la fábrica en los primeros meses del ‘82, que llevaron a la rebelión de los 600 obreros de la planta. Los compañeros planteaban que "las condiciones eran de superexplotación, y había controles hasta cuando ibas al baño". "El conflicto salió de abajo, por medio de los compañeros que veían que el sueldo no alcanzaba". Por esos días, los gerentes Montagna y Reyes Terrabusi ganaban lo mismo que el salario de 50 obreros. El ánimo se contagiaba: "se hizo una asamblea en chocolate. Se empezó parando, justo en chocolate donde se echa a perder. Ahí se plegó la planta de fideos, expedición y después nosotros"1. La bronca había recorrido toda la fábrica y duró varios días, pero el aumento se logró. Por esos días la dictadura empezaba a tambalear. A fines de marzo se organizaba el paro y marcha de la CGT que conmovía al país: La movilización terminaba en una feroz represión. Los obreros de Terrabusi iban tensando nuevamente los músculos y surgían nuevas demandas: terminar con los accidentes en cartonlata, elegir nuevos delegados, mejores condiciones de trabajo.
Impunidad y dictadura patronal.
Hoy Terrabusi tiene una de las plantas más grandes de la industria de la alimentación. Gilberto Montagna se convirtió en uno de los máximos dirigentes de la UIA, apoyando la política económica de Menem. Aún así, decidió vender en los ‘90 la empresa a Nabisco, quien finalmente la dejó en manos de la norteamericana Kraft. Carlos Reyes Terrabusi prefirió seguir el camino de la oligarquía ‘con olor a bosta’ y hoy integra la Comisión Directiva de la Sociedad Rural Argentina. Nada menos.Los represores de la comisaría 1ª de Tigre y Campo de Mayo, los centros clandestinos donde estuvieron detenidos trabajadores de Terrabusi y otras empresas de la zona, hoy permanecen impunes, e incluso forman parte activa de esas fuerzas.En cuanto a los obreros de Terrabusi, siguen enfrentando la dictadura que la patronal busca imponer en las fábricas, con el despido de contratados, la precarización, los accidentes laborales, y el ritmo infernal de las máquinas.
1 En Alejandro Schneider: "Ladran Sancho... Dictadura y clase obrera en la Zona Norte".2 En "El biscuit de los obreros de Terrabusi" – Boletín de Fábrica, 1982.
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Ford -Pedro Troinai, obrero de Ford en los años 70, denuncia la complicidad patronal en el golpe de 1976.

El día del golpe fue terrorífico. Nos invadieron los militares la fábrica. Vinieron las tanquetas y helicópteros. Los militares estaban en la línea de producción con los fusiles al hombro. El Ejército había instalado un cuartel en la fábrica. A los delegados se los llevaban del comedor delante de sus compañeros, a punto de pistola. Lo hacían a la vista para que la gente lo viera.La empresa se comprometió con el golpe abiertamente. Hay un discurso del presidente de Ford cuando se inaugura la planta de camiones e invita a toda la plana de militares y dice que ellos colaboraron. El discurso de Courard, el presidente, es que "sacamos la resaca de izquierda que había en la fábrica". El 13 de abril yo voy a mi sección, ficho y el capataz me estaba esperando, y me dice que no me mueva, que me estaban vigilando. Llegan diez militares caminando al costado de la camioneta con armas largas. Nos tuvieron todo un día pegándonos, torturándonos. A la noche nos cargan en esa misma camioneta, tirados boca abajo y atados, nos llevan a un lugar que después descubrimos que es la regional de Tigre tomada por el Ejército. Ahí nos encontramos con los compañeros que faltaban. Perrota estaba hacía 5 días con picana, ya deliraba, pedía que lo maten. Había compañeros de todas las fábricas de la zona: de Terrabusi, de Alba, de Astilleros Astarsa. A los compañeros de Astarsa los mataron a todos. José Rodríguez fue un traidor, y calculamos que tuvo algo que ver con nosotros. Que no haya movido un dedo por los trabajadores despedidos, no nos quiso poner ni un abogado. Nosotros hacemos una denuncia contra Ford, contra el Teniente Molinari, y estaba José Rodríguez también involucrado. Estamos pidiendo la detención de cinco directivos de Ford. Algunos están vivos. Courard, el presidente, falleció. Gallarraga que era el Jefe de Personal. Sibila era el Jefe de Seguridad de la planta. Es hora de que nos fijemos en las empresas que entregaron a los compañeros. La mayor cantidad de compañeros desaparecidos fueron obreros.
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Otros empresarios: Un paraíso para los capitalistas

Durante la dictadura, la clase capitalista verá desaparecer el peligro de la subversión obrera y acrecentar sus ganancias a costa del Estado y de la explotación brutal de los trabajadores. Los trabajadores resistieron a la dictadura y a una política económica que hizo que los salarios cayeran en un 40% con respecto al período anterior. Los militares alentaron la desindustrialización y la apertura indiscriminada de la economía. Se profundizó la concentración de la industria y de la tierra fortaleciéndose una élite económica que formará las llamadas "patria financiera" y "patria contratista", que constituirán la base de los actuales grupos económicos dominantes en la Argentina. Para dar algunos nombres: Acindar, cuyo presidente Martínez de Hoz fue Ministro de Economía de la dictadura; Benito Roggio, beneficiado con la construcción de algunos estadios mundialistas y otras obras faraónicas del Estado, Macri, que en 1975 poseía siete empresas y al concluir la dictadura llegaban a cuarenta y seis. Otros grupos como Arcor y Pescarmona también hicieron siderales ganancias.

La deuda externa se multiplicó y en 1981 se estatizó la deuda externa privada –a iniciativa de Domingo Cavallo.

Por esta política, la Sociedad Rural señalaba en 1977 que "La lucha contra la subversión ha sido llevada con alto valor y éxito creciente... Se han puesto en marcha las acciones que conducen a la Argentina a un destino de orden, progreso y felicidad". En los inicios de la dictadura, los precios en la producción animal aumentaron 722%.

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