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viernes, 5 de diciembre de 2008

Salvemos a los bancos


Domingo, 30 de Noviembre de 2008
A río revuelto
Por Roberto Navarro

En septiembre y octubre, los dos meses en los que la crisis financiera internacional destruyó activos por cientos de miles de millones de dólares en el mundo, los bancos privados que operan en el sistema local obtuvieron la más alta rentabilidad del año. Mientras la industria, la construcción y el resto de los servicios ya mostraban importantes signos de desaceleración, la banca privada ganó 1847 millones de pesos en los últimos dos meses, casi el triple de lo que había obtenido en el resto del año. El principal factor que determinó estos resultados fue la fuerte suba en la tasa de interés que las entidades cobran por sus préstamos.

Bancos de primera línea, como el Santander Río, el Francés y el Standard Bank llegaron a cobrar tasas de más de un 80 por ciento anual por girar en descubierto en cuentas corrientes y del 75 por ciento por financiar compras con tarjeta de crédito. Los bancos argumentan que para retener a sus clientes tuvieron que subir la tasa de interés que pagan por los plazos fijos. Pero el incremento de la tasa que pagan por ese fondeo fue del 8 por ciento para el promedio del sistema y el de la tasa que cobran por sus préstamos subió al 30 por ciento promedio. En el mes en curso, ambas tasas bajaron levemente, pero la relación entre ellas es similar. La disparada de las tasas, que perjudica el sistema productivo, fue convalidada por el Banco Central cobrando por pases a un día un interés de hasta el 35 por ciento.

El Standard Bank, una de las entidades financieras más grandes del mundo, pagó en octubre un promedio del 18 por ciento de interés a los depositantes de plazos fijos, seis puntos más de lo registrado hasta agosto. Para sus préstamos personales pasó de cobrar un 38 por ciento de costo financiero total (CFT), tasa que incluye los gastos, a un 70 por ciento en octubre, 32 puntos más. Del total de la tasa, la mitad es interés puro, lo que se denomina tasa nominal anual (TNA); el resto lo cobra como gastos de gestión, comisión de otorgamiento y de administración, seguro de vida, IVA sobre intereses y sobre comisiones. La misma entidad cobra por un préstamo prendario a cinco años un 26,9 por ciento de TNA y un 58 por ciento de CFT. Es decir, que, aun teniendo el vehículo como garantía, en un crédito a tres años obliga a devolver más de tres veces el monto del préstamo.

Según datos del Banco Central, en octubre los bancos tuvieron un costo de captación promedio del 15 por ciento y lo prestaron
a un promedio del 49 por ciento. Es decir que ganaron 34 puntos por la
intermediación. En otros términos, ganaron más de un 200 por ciento sobre el capital de sus depositantes.

El extraordinario incremento de la rentabilidad obtenido mediante el aumento de las tasas de interés que cobran por sus créditos pueden conseguirlo gracias a la alta concentración del sistema financiero. A comienzos de los ‘90 operaban casi 200 entidades financieras, hoy sólo quedan 85. Y las primeras doce manejan el 73 por ciento de los depósitos y el 77 por ciento de los préstamos. Por otra parte, el Banco Central, lejos de desalentar la fuerte transferencia de recursos desde el sistema productivo y los clientes particulares hacia la banca, lo impulsó. Durante octubre, los bancos que necesitaron asistencia del Central con préstamos a un día llegaron a pagar la tasa Badlar multiplicada por 1,35.

La banca pública (Nación y Provincia) maneja el 35 por ciento de los depósitos del sistema financiero y el 25 por ciento de los préstamos al sector privado. Pero en septiembre y octubre, los dos meses de mayor rentabilidad del sistema, sólo se quedaron con el 4 por ciento de las utilidades. El Nación, por caso, sólo subió la tasa de créditos a las pymes de 12 a 14 por ciento anual. La diferencia de conducta del mayor banco público del país –no sólo frente a los efectos de la crisis financiera internacional, sino también en los meses en que el conflicto con el campo disparó las tasas de los bancos privados en la primera parte del año– derivó en que los préstamos al sector privado del Banco Nación crecieran un 41 por ciento en lo que va de 2008, contra un 19 por ciento de promedio del sistema. Más fuerte aún fue la diferencia que se generó en el mercado de créditos hipotecarios, en los que el Nación ya acapara un tercio del total de préstamos.

La crema del negocio de los bancos son las tarjetas de crédito. En los últimos doce meses, el saldo de los clientes con los bancos por intermedio del plástico creció un 58 por ciento, muy por arriba del crecimiento del stock total de préstamos del sistema, que fue del 41 por ciento. La deuda de los consumidores a las entidades por saldos en tarjeta ascendió al 31 de octubre a 13.649 millones de pesos. El costo financiero total de la financiación por tarjeta de crédito es uno de los más altos del sistema y tiene enormes variaciones entre distintos bancos, aunque se trate de la misma tarjeta, por ejemplo, Visa. En mayo, la Visa del Standard Bank cobró un CFT del 73,2 por ciento y la del Río, un 55,9 por ciento. Estos costos varían mes a mes, sin previo aviso.

El rubro de menor crecimiento entre los préstamos a familias es el de los créditos hipotecarios, que aumentó un 37 por ciento en un año. De los 2500 millones de pesos que se otorgaron en los últimos doce meses, 1700 millones los prestó el Banco Nación y 550 millones, el resto de la banca pública –la mayor parte el Provincia de Buenos Aires– y el Credicoop. Esto refleja un corrimiento de los bancos privados hacia los nichos de negocios más rentables. El CFT del Banco Nación, el Provincia de Buenos Aires y el banco cooperativo es, en promedio, la mitad del de los bancos privados.

El Banco Francés, aún hoy, ofrece sus créditos hipotecarios al 25 por ciento de interés nominal anual, 10 puntos por encima del que cobraba hace tres meses. Además, cobra gastos de gestión, de tasación, de hipoteca, de otorgamiento, de administración, más comisión por administración, seguro de incendio, seguro de vida, impuestos internos sobre los seguros e IVA sobre todos los gastos. Así, el CFT llega al 38,5 por ciento. Tomando en cuenta que la relación del precio de las propiedades respecto del salario obliga a la mayoría de los potenciales clientes a elegir el máximo plazo posible –el Francés ofrece 10 años–, el precio final del préstamo se multiplica por cinco. El Santander Río cobra un 34 por ciento de costo financiero total en sus créditos hipotecarios, lo que lo convierte en el segundo más caro entre los doce líderes del sistema.

La fuerte suba de las tasas desalienta el pedido de nuevos créditos de empresas y personas. Por eso prefieren utilizar el descubierto en cuenta corriente o, en el caso de los particulares, endeudarse con la tarjeta de crédito. En ambos casos lo hacen porque de esta manera esperan pagar intereses sólo por el plazo que les resulte imprescindible. Pero las tasas de estos pasivos llegaron al 80 por ciento en bancos de primera línea y hasta el 120 por ciento en entidades de menor rango y financieras. El problema no es sólo de los pequeños clientes. En el mercado trascendieron operaciones de call a grandes compañías, como el laboratorio Roemmers, que pagaron hasta un 40 por ciento de interés a anual por un préstamo a un día.

Con la estrategia de concentrarse en los negocios más rentables y seguir subiendo el costo del dinero, los bancos están consiguiendo utilidades impensables hace pocos años, cuando el sistema estuvo a punto de colapsar. La mayor parte de sus ingresos los consiguen mediante la diferencia que cobran por sus préstamos con respecto a lo que pagan por fondearse (spread), fundamentalmente, por la tasa que pagan por los plazos fijos. El Banco Macro, la entidad privada que más creció en los últimos dos años, pasó de obtener 312 millones de pesos por diferencia de tasas en junio a 475 millones en septiembre. A otro nivel, el Banco Supervielle incrementó sus ingresos por spread de tasas de 14 millones de pesos en junio a 36 millones en septiembre. Así, cuando el resto de los sectores de la economía ve caer su rentabilidad rápidamente, los bancos están aprovechando la crisis para obtener ganancias extraordinarias.

LA PRESIDENTA ANUNCIO QUE EL ESTADO INVERTIRA 13.200 MILLONES DE PESOS PARA FINANCIAR AL SECTOR
Un plan para reactivar la economía y cuidar el empleo
Luego de varios días de especulaciones, la Presidenta explicitó ayer al mediodía en la quinta de Olivos los lineamientos generales de un plan que definió como de “contingencia” y que justificó a raíz de los efectos que está provocando la crisis financiera internacional.
Por Fernando Krakowiak

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció ayer que el Estado invertirá 13.200 millones de pesos para financiar al sector productivo e incentivar el consumo con el objetivo de reactivar la economía y preservar el empleo. Los fondos provienen de los plazos fijos que las AFJP tenían depositados en el sistema financiero local, y que ahora administra la Anses, y de los propios recursos que ya estaban en poder del organismo previsional. La intención oficial es canalizar la mayoría de los fondos a través de la banca privada. Para que el mecanismo de asignación sea transparente el dinero se licitará en el Mercado Abierto Electrónico y se le asignará a la entidad que esté dispuesta a ofrecer la tasa más baja por sobre el 11 por ciento que le deberá pagar al Estado por los depósitos.
Los bancos también deberán especificar a donde orientarán los fondos, tomando como referencia los cupos que ayer fijó el Gobierno para cada sector. Además, el anuncio incluyó una sorpresiva rebaja de cinco puntos para las retenciones a las exportaciones de trigo y maíz (ver página 4).

Los anuncios de ayer buscan revertir la situación con el objetivo central de preservar el empleo. La novedad es que además el Estado intenta posicionarse como el principal agente financiador de la economía real, objetivo que las AFJP nunca llegaron a cumplir, fijando una tasa testigo para forzar una dinámica similar en el resto del sistema.
- Origen de los fondos. 7500 millones de pesos provendrán de plazos fijos que las AFJP tenían depositados en los bancos a menos de 59 días y que ahora administra la Anses. Otros 2700 millones es dinero que la propia Anses tiene en el Banco Nación, también en plazos fijos de 90 a 120 días y por los cuales se estaba cobrando una tasa de interés promedio apenas por encima del 8 por ciento. Los 3000 millones de pesos restantes están actualmente en Lebac que el organismo previsional irá monetizando durante 2009.

- Destino de los fondos. La decisión oficial es que se destinen 3500 millones de pesos a préstamos para el consumo, 3100 millones a financiar la compra de autos cero kilómetro, 3000 millones para pymes, 1700 millones para el agro, 1250 millones para la industria en general y 650 millones para la adquisición de camiones y utilitarios. En créditos al consumo, ingresa el financiamiento para la compra de electrodomésticos y calzados, dos sectores sobre los que estuvieron trabajando la secretaría de Industria y la de Comercio Interior en los últimos días, aunque también podrían surgir otros proyectos en la medida en que el gobierno y los industriales se pongan de acuerdo. En lo que refiere a electrodomésticos, se privilegiarán los sectores de línea blanca porque tienen un fuerte componente de piezas nacionales y la cadena de valor le da trabajo en el país a 50 mil personas. Mientras que en calzado, está muy avanzado un proyecto para fabricar un calzado colegial de cuero, lo que también permitiría reactivar la actividad de frigoríficos, curtiembres y marroquineros, tal como anticipó Página/12 el miércoles. Por último, en el agro se financiará fundamentalmente la exportación de productos de las economías regionales.

- Rol de los bancos. El financiamiento se va a canalizar a través del sistema financiero y para dar mayor previsibilidad el Gobierno depositará los ahorros previsionales en las entidades bancarias por un período mínimo de un año. El reparto de los fondos se realizará mediante licitaciones, salvo en el caso del Banco Nación que tendrá un cupo asignado por tratarse del agente financiero del Estado. En resto de las entidades tendrán que declarar a qué tasa piensan cobrar los créditos tomando como referencia el 11 por ciento que deberán pagarle al Estado por sus depósitos (la tasa de referencia para el Banco Nación será de 10 por ciento). Además, se les exigirá que expliciten en cuánto tiempo piensan colocar el dinero y cuánto destinarán a cada uno de los sectores que decidió priorizar el Gobierno. Se supone que no todos los bancos ofrecerán a los mismos sectores. Por ejemplo, se espera que el Credicoop elabore una oferta orientada más hacia las pymes y el Banco Galicia más hacia los créditos al consumo. Para financiar la venta de autos, también se podrán presentar las financieras de las propias terminales automotrices. Altas fuentes del gobierno informaron a Página/12 que la primera licitación se realizará el lunes 15 de diciembre. En el Gobierno afirman que cada 60 días van a monitorear el cumplimiento de los compromisos asumidos. También se aclaró que para prefinanciar exportaciones el BICE ocupará un lugar de privilegio.

- Condiciones de los créditos. En todos los casos, la tasa de interés surgirá de las distintas licitaciones. Será fija durante el primer año y luego se actualizará tomando en cuenta el método swap del Banco Central, que proyecta una tasa de interés futura tomando como referencia la Badlar. El financiamiento previsto para los créditos al consumo será de 12 meses y el monto máximo será de 5 mil pesos, lo que permitirá ofrecer hasta 700 mil préstamos. En el caso de los autos, se financiará la compra de uno o dos modelos baratos de cada terminal hasta en 48 cuotas. La definición de “barato” todavía no fue precisada. El Gobierno quiere que las terminales bajen los precios de esos modelos entre 15 y 25 por ciento, pues afirman que la medida no es para financiar la tasa de rentabilidad que las terminales tuvieron en los últimos cinco años. Sin embargo, los empresarios son reacios a aceptar esos porcentajes. En el segmento pymes y para capital de trabajo de la industria en general, los plazos del financiamiento serán de 12 a 36 meses, mientras que para prefinanciar exportaciones el plazo será de 90 a 180 días.

fkrakowiak@pagina12.com.ar

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