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sábado, 23 de abril de 2011

Día del Trabajador

Estas ideas tienen su origen en la Ilustración; sus raíces se encuentran en el Discurso acerca de la desigualdad de Rousseau, en las Ideas para un intento de determinar los límites de la acción del Estado de Humboldt, en la insistencia de Kant, al defender la Revolución Francesa, en que la libertad es condición previa para adquirir madurez en relación a la libertad, y no un regalo que se obtiene una vez se ha alcanzado dicha madurez. Con el desarrollo del capitalismo industrial, ese nuevo e imprevisto sistema de injusticia, es el socialismo libertario el que ha preservado y difundido el mensaje humanista radical de la Ilustración y las ideas liberales clásicas, luego pervertidas para servir de sustento a una idelogía destinada a mantener el orden social emergente. En realidad, partiendo de los mismos supuestos que llevaron al liberalismo clásico a oponerse a la intervención del Estado en la vida social, las relaciones sociales capitalistas son igualmente intolerables. Esto se ve con toda claridad, por ejemplo, en la clásica obra de Humboldt Ideas para un intento de determinar los límites de la acción del Estado, precursora de Mill, al que quizá sirvió de inspiración. Esta obra clásica del pensamiento liberal, concluida en 1792, es en su esencia, aunque de forma prematura, profundamente anticapitalista. Sus ideas hubieron de ser suavizadas, hasta volverse prácticamente irreconocibles, a fin de transmutarlas en una ideología del capitalismo industrial.

La visión de Humboldt de una sociedad en la que las ataduras sociales son sustituidas por vínculos sociales y el trabajo es asumido libremente, nos recuerda al joven Marx y sus reflexiones acerca de la "alienación del trabajo cuando éste es externo al trabajador (...) no es parte de su naturaleza (...) [de tal modo que] no se realiza en su trabajo, sino que se niega a sí
mismo (...) se agota físicamente y se degrada mentalmente", trabajo alienado que "a unos trabajadores los hace regresar a un tipo de trabajo bárbaro y a otros los convierte en máquinas", despojando al hombre de algo "característico de su especie" como es "la actividad consciente y libre" y la "vida productiva". Igualmente, Marx concibe "una nueva clase de ser humano que necesita de sus congéneres". [La asociación de los trabajadores viene a ser] "el esfuerzo real y constructivo de crear el tejido social de las futuras relaciones humanas."No puede negarse que el pensamiento liberal clásico, como consecuencia de premisas de hondo calado acerca de la necesidad humana de libertad, diversidad y libre asociación, se opone a la intervención del Estado en la vida social. Bajo esas mismas premisas, las relaciones de producción capitalistas, el trabajo asalariado, la competitividad, la ideología del "individualismo posesivo", etc., han de observarse como fundamentalmente inhumanas. El socialismo libertario ha de ser considerado con toda propiedad el heredero de las ideas liberales de la Ilustración.

Rudolf Rocker describe el anarquismo moderno como "la confluencia de las dos grandes corrientes que durante y desde la Revolución Francesa han encontrado expresión muy característica en la vida intelectual de Europa: socialismo y liberalismo". Los ideales liberales clásicos, afirma Rocker, se fueron a pique bajo el peso de la realidad de las formas de la economía capitalista. El anarquismo es necesariamente anticapitalista ya que "rechaza la explotación del hombre por el hombre". Pero el anarquismo también rechaza "la dominación del hombre sobre el hombre". Insiste en que "el socialismo será libre o no será de ninguna manera. En reconocer esto estriba la genuina y profunda justificación para la existencia del anarquismo."Desde este punto de vista, puede decirse que el anarquismo es la rama libertaria del socialismo. Ésta es la perspectiva de Daniel Guérin al abordar el estudio del anarquismo en Anarchisme y en otras obras. Guérin cita a Adolf Fischer, que decía que "todo anarquista es socialista, pero no todo socialista es necesariamente anarquista." Del mismo modo, Bakunin, en su "manifiesto anarquista" de 1865, el programa de su proyectada fraternidad revolucionaria internacional, sentó el principio de que todo miembro debe ser, en primer lugar, socialista.

El siguiente es fragmento del siguiente texto de Noam Chomsky_:link
.....Dedicado a los trabajadores de mi querido Partido Socialista

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