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martes, 14 de diciembre de 2010

Falta de honestidad: K de Okupas

Publicación: 26/11/2007
Temática: Politica
REGULARIZANDO LAS VILLAS
Elecciones en Los Piletones

En Los Piletones habrá este domingo 2 elecciones de Junta Vecinal. Ibarra y Filmus apoyan una candidatura anti-Madres, las Madres apoyan a un ex policía, un paraguayo juega de líbero. El asistencialismo a cielo abierto.

Por Lucas Schaerer

Partió desde la sede del tribunal, Avenida de Mayo al 700, a los suburbios de Villa Soldati. Llegó a Lacarra y Ana María Janner, que a esa altura deja de estar pavimentada y la autopista 7 corta el cielo en Los Piletones.

Graciela Castillo, la arquitecta con vasta experiencia en cuestiones de villa, tenía la orden judicial de depurar el manejo viciado de la Junta Vecinal de Los Piletones y llamar a elecciones barriales en serio. "No puede entrar sin orden de Ruejas", la pararon dos hombres a la entrada del polideportivo a Castillo, sin inmutarse por la presencia de un policía. Mónica Ruejas, llamada por sus vecinos "Doña", fue desde 1999 y hasta este año, la titular de la Junta Vecinal, con sede en su propia casa en la manzana 1.
La segunda vez que Castillo lo intentó, el mandato de Ruejas había caducado (y con ella la distribución discrecional de las cajas de alimentos), pero la situación, para la arquitecta, se puso muy tensa. Al punto que no pudo instalarse en el trailer-oficina que dispuso para su trabajo el juzgado que entiende en la causa, a cargo de Andrés Gallardo.

Pero insistió, instaló, custodiada por patrulleros de la comisaría 36, el trailer bajo la autopista. "A los minutos llegó una camioneta Peugeot Parner gris del año 2006. De allí se bajó Mónica Ruejas para apedrear (el trailer). Su hermano ostentaba en la cintura la culata de una pistola. Yo estaba dentro, dispuesta a trabajar cuando comenzó la pedrada, rompieron los vidrios. Salí, un grupito insultaba. En ese momento me rodearon decenas de personas. No las conocía, pero salieron en mi defensa. Hasta me ofrecieron sus casas para resguardarme", dijo a NOTICIAS URBANAS la interventora, que se molesta cada vez que la califican como “interventora”, por su connotación burocrática.

La tercera es la vencida, eso dicen.
La tercera vez no hubo ataques, sí desinteligencia premeditada. El trailer y el baño químico nunca llegaron. La interventora quedó sola, dentro de un patrullero. Los federales no le permitían bajar. "Un grupo de quince personas con bombos, sacándome fotos y Ruejas hablando con el subcomisario Gutiérrez me rodeaban. Era yo la que estaba presa", relató la arquitecta, experta en viviendas sociales.

Finalmente, después de ochos meses se logró intervenir, en parte porque el poder del polideportivo y centro comunitario sigue en manos de Ruejas, pero no así la entrega de materiales.

Por el contrario, en la Villa 21-24 de Barracas está teniendo lugar una intervención, que parecería encaminada a un proceso eleccionario.
LOS PROTAGONISTAS

Los Piletones es una villa pequeña, existen 500 viviendas. Se formó en 1985, cerca del lago de Soldati, donde se emplazan unos enormes piletones de hormigón que sirvieron como depósito de aguas. La población es, aproximadamente, de unas 3 mil personas. Las cloacas y desagües están colapsados. El agua corriente, la red cloacal, el gas, el teléfono y el correo postal, son derechos básicos inexistentes.

Miguel Ozuna, un ex policía de la bonaerense, vecino del barrio desde hace cinco años, cansado de las arbitrariedades de Ruejas, inició un recurso de amparo en la Justicia, que permitió el renacimiento de la discusión política barrial.

El equipo interventor, formado por Castillo y dos jóvenes estudiantes, logró convocar asambleas informativas, que se realizaron en la capilla San José y lograron galvanizar a los vecinos con el objetivo de una depuración política y económica. Un centenar, entre ellos miembros de las listas candidateadas, discutieron el reglamento de la Junta Vecinal y el reglamento general de las elecciones que se pondrá en práctica el domingo 2 de diciembre, en la Escuela Media N° 2, ubicada en Martínez Castro 3067, entre Barros Pazos y avenida Cruz.

Los presidentes de mesa serán diez miembros de la Asociación Civil por la Igualdad y Justicia (ACIJ), y diez del Centro por la Justicia Básica (CE.JU.BA). Los observadores, organizaciones como el Centro Legales y Sociales (CELS), Poder Ciudadano y la Asamblea Por los Derechos del Hombre (APDH).

En un principio, la conducción política de Los Piletones era un cuerpo de delegados, que se designaba por manzana. Eso se perdió en 1999, cuando se creó una Junta Vecinal de funciones más que dudosas. Pero en la actualidad, tres listas disputan los votos de unas dos mil personas, mayores de 18 años, censadas por el Gobierno.

La lista violeta, número 7 es encabezada por el ex policía Ozuna, y respaldada por la Fundación de las Madres de Hebe de Bonafini, que recibió 32 millones de pesos para un complejo de viviendas. La lista verde, número 10, es una alianza de tres listas y la encabeza Marcial Ríos de la Federación Tierra y Vivienda (FTV), quien vive allí desde hace doce años y es acompañado por Julio Cari (lista negra y militante del Partido Obrero) y Leonor Montecino (lista rosa y militante de Barrios de Pie). La lista blanca, la número 1, es encabezada por la inefable Mónica Ruejas, que no lleva alianzas barriales pero cuenta con el respaldo del senador electo y ministro de Educación Nacional, Daniel Filmus, y el destituido jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra.

Marcial Ríos, 41 años, llegó desde Paraguay hace treinta y cuatro. Trabaja como carnicero y albañil, con eso mantiene a sus cuatros hijos y a su mujer. Su militancia nace de su compromiso religioso. Nunca participó de una elección pero fue el único candidato que defendió con el cuerpo a Graciela Castillo cuando iba a hacer linchada. Sus vecinos aprecian el armado y la ayuda en los velorios y en la asistencia de enfermos. "El centro comunitario y el polideportivo son espacios público que se deben recuperar". Esto es una crítica a Ruejas, a quien conoció cuando se creó la capilla pero de la que se distanció. La Fundación Madres también muestra flaquezas, al decir de Marcial Ríos: "Creo que por desconocimiento se acercaron a Ruejas en un primer momento, y luego con Ozuna. En la obra, Ruejas decidía los puestos de trabajo. Ahora es Ozuna. Es sólo un cambio de nombres, la metodología es la misma". Ríos, que agrupa a paisanos suyos y de otras nacionalidades, un mercosur in situ, es el único de los candidatos que elogió la actuación de la intervención.

Miguel Ozuna, de 42 años, es sanjuanino. Cuando llegó a la Ciudad, en los noventa, se instaló en el barrio Ramón Carrillo y desde que llegó a Los Piletones, hace cinco, trabajó el tema cartoneros. Además, tiene un merendero que "gracias a una donación de la Fundación se convirtió en comedor", y una asociación, "La Paz". Lo llaman el capataz, él lo niega. “Nada más gestionó fuentes de trabajo". La apoderada de su lista es María Rosa, de la Villa 3. "Tuve custodia policial, porque los Rueja me tirotearon la casa". No es su primera elección, "antes, las elecciones eran en el Polideportivo. En la última, Ruejas sacó 360 votos". De la intervención dice lo peor, pese a que comparten la misma adversaria.

Mónica Ruejas es una salteña de 35 años, madre de dos hijas adolescentes. Desde 1999 es la capanga del barrio. Su cercanía con el poder es por medio de Salomón Filmus, padre del ministro de Educación, y también por el ex jefe de Gobierno, Ibarra (aunque descolgó sus fotos del comedor).

Se convirtió en aliada de las Madres hasta que la denunciaron. Dice que vivió por el Plan Jefes y ahora con el de la Ciudadanía Porteña. Reconoce que conduce una camioneta Peugot Parner, propiedad de Corporación Sur. "Me la dieron para llevar la comida. La uso para ir a reuniones, pero pago la nafta". Desmiente sus agresiones a Castillo, pero su bajón es tal que no hizo campaña, aunque amenaza con poner observadores: las Abuelas de Plaza de Mayo. "La intervención es una persecución política. No puede ser que en democracia se meta un juez que está con Bonafini".

"Algunos quizá comenzaron como representantes de su barrio y los han transformado en representantes remunerados, la referencia de lo que es la villa quedó en manos de este puñado de siervos del sistema", analizaron hace meses los curas villeros sobre estos dirigentes.

Los vecinos de Los Piletones tienen en sus manos alejar el fantasma de la Villa 20 de Lugano, donde la elección legitimó el clientelismo y algo más.

Publicación: 07/12/2010
Temática: Politica
EN LOS PILETONES LINK http://www.noticiasurbanas.com.ar/info_item.shtml?sh_itm=1484fa9d1f6890857f0c5cb907e6c284

Ozuna y Ruejas aprietan a referente villero del PO

Se trata de Julio Cari, vecino y militante del Partido Obrero en una villa de Soldati. Le gatillaron dos veces por no firmar un documento sobre la Junta Vecinal a los puntero Miguel Osuna y Mónica Ruejas (ver foto).

Por Lucas Schaerer

“Eran cuatro, uno encapuchado. Sacó un fierro y me gatilló dos veces. Como no salió las balas me pegaron un culatazo en la cabeza”, relató a NOTICIAS URBANAS Julio Cari, vecino de Los Piletones y referente del Partido Obrero (PO) en la barriada lindera al Parque Indoamericano en Villa Soldati. El ataque ocurrió la semana pasada luego que el militante villero del PO rechazó firmar un documento que impulsan Miguel Osuna y Mónica Ruejas, dos reconocidos punteros políticos que están en disputa para la próxima elección de la Junta Vecinal. El clima electoral se encuentra caldeado porque se están juntando firmas entre los vecinos que avalen listas de candidatos en la institución que el Estado terceriza para canalizar la asistencia social.

“Todo comenzó -continuó Cari- en una reunión en la UGIS (Unidad de Gestión e Intervención Social). Me negué a firmar un documento dirigido a UGIS. Entonces Mónica Ruejas y Miguel Osuna empezaron a decir que se iba a pudrir todo. A la noche seguían las amenazas en mi casa. Eso fue hace dos semanas. Después zafé de tres embocadas; hasta la última”.

La Policía Federal, al momento del ataque a Cari, nunca tomó cartas en el asunto. “Llamé siete veces al 911. Nunca aparecieron”. De todas maneras por el intento de asesinato presentó una denuncia en la seccional 36. Aún no existen detenidos.

Ante la escalada de amenazas y violencia política, se realizó este lunes un acto en Los Piletones. Hasta la esquina de Martínez Castro y Janner llegó la titular de la Comisión de la Vivienda en la Legislatura, Rocío Sánchez Andía, de la Coalición Cívica, y tomó la palabra. Le siguió Marcelo Ramal del Partido Obrero y el médico Ricardo Zambrano, de la Multisectorial.

“Ruejas estaba a metros viendo el panorama y un hermano de Ozuna entre distante y provocador. Entonces dije que estábamos los amigos y compañeros de Mariano Ferreyra. Que movilizamos 70 mil personas, se metió presos a siete personas y que también le tocará a Pedraza. Prácticamente se lo dije a ellos. Al rato se acercó Ruejas en una actitud de retroceso diciendo que no estaba a favor de los aprietes”, expresó Ramal, el dirigente del PO Nacional.

Por otro lado, hace semanas se producía amenazas de muerte a otro dirigente villero. Diosnel Pérez, de Villa 20, fue intimidado en varias oportunidades y con armas de fuego por hombres que responden a Marcelo Changalay, histórico puntero en la Villa 20 de Lugano.



En esta ciudad con cien mil viviendas vacías hay más de noventa mil clasificadas como “deficitarias” o viviendas precarias irrecuperables: ranchos, casillas, piezas de hotel o inquilinatos. Eran 86.185 para el censo de 2001. Fue precisamente a través de las necesidades de vivienda como comenzó a tejerse la tela de araña del clientelismo local: el Instituto de la Vivienda de la Ciudad es el que se encarga de financiar el aparato estructurado de los dirigentes villeros. Una auditoría interna elaborada por la unidad específica del Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas a fines de agosto de 2006 relata las diversas modalidades de contratación del IVC, afirmando que sólo una de ellas –la de Planta Permanente– es la que permite los controles adecuados, coexistiendo otras siete que garantizan amplios márgenes de discrecionalidad. El informe muestra pagos de subsidios por varios meses juntos (llegando a siete en algunos casos, algo curioso partiendo de la base de que quien necesita el subsidio lo necesita mes a mes, para vivir de él) o la existencia de organizaciones que perciben el 40% del total de créditos para viviendas.

En una ampliación de denuncia presentada ante el juez de la causa 10704/06 “Gerardo Romagnoli por cohecho” (Romagnoli es un ex diputado zamorista) por José Iglesias, padre de Pedro, uno de los 194 muertos de Cromañón, el tema del clientelismo manejado a través del IVC se vuelve recurrente. Iglesias cita, entre otras, la causa “Ozuna Miguel contra Gobierno de la Ciudad sobre Amparo”, donde este vecino del barrio Los Piletones pide que, “hasta tanto exista una representación del barrio electa en comicios, el Gobierno se abstenga de entregar viviendas o planes sociales”. El barrio Los Piletones nació en 1984 cerca del lago aliviador de Soldati, en un sitio donde se emplazan unos enormes piletones de hormigón que alguna vez sirvieron como depósito de aguas en tránsito hacia su purificación y posterior consumo en la zona sur de la Ciudad. Diez años después, la población de Los Piletones creció con los habitantes desplazados de la Villa 3. En abril de 2006 el Gobierno de la Ciudad declaró a este barrio y al resto de los existentes en Soldati y Mataderos como “zona de riesgo sanitario”, advirtiendo sobre un posible colapso de cloacas y desagües. De hecho, no tienen agua corriente ni red cloacal, y los vecinos denunciaron entonces a “un pequeño grupo encabezado por la Sra. Mónica Ruejas” como único “intermediario” con el Estado. “Ellos suscriben la entrega de subsidios que nunca llegan a la gente, venden mercaderías que se reciben para paliar el hambre o las envían al interior del país y derriban las casillas de los que se oponen a estas prácticas.” También formularon denuncias judiciales en el mismo sentido Luciano Ramón López (causa Villa 20 contra Instituto de la Vivienda de la CABA sobre Amparo, exp. 12975/0) contra “un grupo de personas que usurpa la representación barrial en beneficio propio, tanto de la Junta Vecinal como de la Mutual Flor de Ceibo y de la Federación de Villas, quienes reciben la mayor parte de los materiales de construcción y los administran caprichosamente en beneficio propio”.

La Cámara alta rechazó los hechos de violencia en Villa Soldati 15-12-2010 Link: http://parlamentario.com/noticia-33796.html

El proyecto fue votado por unanimidad. En el texto se expresa la “necesidad de esclarecimiento de las responsabilidades”, y se pide la defensa del “diálogo y la coordinación” entre el Estado nacional, las gobiernos provinciales y locales para “la concreción de políticas en materia de tierra y vivienda, combate contra la pobreza, la xenofobia, y garantizar el cumplimiento de la ley”.

La Cámara alta rechazó los hechos de violencia en Villa Soldati: se votó por unanimidad un proyecto que expresa la “necesidad de esclarecimiento de las responsabilidades”, y que pide la defensa del “diálogo y la coordinación” entre el Estado nacional, las gobiernos provinciales y locales para “la concreción de políticas en materia de tierra y vivienda, combate contra la pobreza, la xenofobia, y garantizar el cumplimiento de la ley”.

El proyecto fue acordado en base a textos presentados por los senadores Rubén Giustinani, Samuel Cabanchik, Graciela Di Perna, Luis Naidenoff, Gerardo Morales -y otros-, Juan Carlos Romero -y otros-, y Daniel Filmus -y otros.

La discusión sobre este tema comenzó con el dicurso del salteño Juan Carlos Romero, del Peronismo Federal, que aseguró que no se puede “confundir ocupación con protesta social”, y criticó al jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, ya que consideró que es “una barbaridad” decir “que la usurpación no es un delito”.

Por su parte, el porteño Daniel Filmus aseveró que “lo único que no se recupera es la vida humana, es totalmente imperdonable”. El ex ministro de Educación de la Nación tuvo un altercado con Romero porque el salteño pidió que el legislador kirchnerista diera explicaciones por una supuesta relación con un puntero político. Filmus le contestó: “La última vez que los utilicé –un puntero- fue para marcar un mapa en la escuela, porque yo soy maestro”.

SALOMON FILMUS, PADRE DEL MINISTRO DE EDUCACION
“Repartí volantes en la campaña sin decir que soy el papá de Daniel”Link
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0180/articulo.php?art=1396&ed=0180

El padre del candidato oficialista a jefe de gobierno porteño almorzó con PERFIL, minutos después de emitir su voto en una escuela de Caballito. De chico pasó once años en un asilo. A sus 84 años, milita en el barrio Los Piletones y le gusta la cerveza. Ex miembro del Partido Comunista y fanático de San Lorenzo, camina más de tres kilómetros diarios.

Por Gabriela Manuli


Caminador. Todas las mañanas, Salomón sale a caminar sus 35 cuadrasa diarias por Villa Crespo.
Salomón Filmus se reconoce tímido como Daniel. Y también confiesa que nunca se imaginó que las vueltas de la vida llevarían a su hijo a ser posible jefe de Gobierno porteño. Cerveza y pizza napolitana de por medio, “Salo” reflexiona y se abre a una larga charla que incluirá, por ejemplo, su ayuda en la reciente campaña política. Con sus 84 años (aunque no se noten), el papá del candidato oficialista no dudó en poner manos a la obra. “Estuve repartiendo volantes en San Juan y Boedo. Me acerqué a una mesa y les pedí colaborar sin decir quién soy” relata.
Mística. La militancia, aclara, es y fue parte de su historia personal. Los treinta años en el partido Comunista lo marcaron a fuego. “La idea era cambiar el mundo, pero cuando se derrumbó la idea del socialismo se produjo un estrépito que hizo mierda todo; entre ellos, yo. Quedamos todos descolgados”, remarca. Luego vinieron los momentos de “transición política”, con un fugaz paso por el Frente Grande y la Alianza lo que llegó a pensar como tiempo perdido.

Un poco desencantado, hace ocho años se refugió en la política barrial. No sin antes darse cuenta de que “se ha perdido la mística de la militancia y sin ella no es posible el avance”. Hoy Salomón trabaja en el barrio Los Piletones, en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires. Comenzó junto a Margarita Barrientos –que suele recibir el apoyo de Mauricio Macri en su comedor– pero diferencias personales los alejaron y polarizaron a los pocos meses. Allí se vinculó con Mónica Ruejas, presidenta de una Junta Vecinal, y encararon un proyecto en común.

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