.

jueves, 22 de enero de 2009

Mientras un sanguche defina un voto.

Al margen de valoraciones ideologicas y morales, el PJ está allí donde los demás no están; hace el “ingrato trabajo” de tener que verle la cara a los pobres todos los días. Ésto es lo que lo diferencia del resto, y allí reside su poder político real, del que otras fuerzas políticas carecen“

Dilema que Néstor y Cristina Kirchner no desconocen, y al que habría que atribuir el fracaso de la transversalidad antes, y la decisión de recostarse institucionalmente sobre el partido Justicialista ahora. Es elocuente que ante un revés coyuntural en una disputa significativa como lo fue el conflicto campestre y la derrota parlamentaria posterior, el Gobieron quedó debilitado y para no perder poder, maniobró conforme a ello: se replegó sobre el peronismo partidario (PJ) y sindical (CGT),únicas organizaciones populares realmente existentes y garantes del poder político. El progresismo K (Sabbatella, CTA........etc) sólo tenía para ofrecer un apoyo moral e ideológico, una palmadita en el hombro muy encomiable y valiosa, pero muy insuficiente en terminos de política concreta. Cuando Kirchner preguntó a los intelectuales de Carta Abierta"¿Qué hubiera pasado con el gobierno durante el conflicto agrario y los cacerolazos si yo no era el presidente del PJ?", dificilmente alguno hubiese tenido una respuesta adecuada y convincente para dar. Como vemos, aún el progresismo que apoya al peronismo kirchnerista lo hace dudando a cada paso, cargando con un dilema moral altamente nocivo a los efectos de la construcción política.


Sostiene Sabbatella que el peronismo kirchnerista debería formular sus alianzas políticas en base a coinciencias ideológicas genuinas y no por conveniencia o intereses de ocasión. Seguramente. Sucede que a esa afirmación se le interpone brutalmente la realidad: el peronismo puro y duro, existiendo todos los días en la praxis política popular. Sabbatella pretende que el peronismo kirchnerista prescinda del PJ y arme con sus aliados progresistas: es curioso, porque esta pretensión certificaría el suicidio político del peronismo kichnerista, y no creo que Sabbatella quiera que ésto acontezca. En todo caso deberían ser los aliados progresistas del kirchnerismo los que vayan pensando en ver cómo articulan y se adaptan al peronismo, en vez de desdeñarlo. No vaya a ser cosa de que de tanto mirar el techo, el progresismo K tropiece por no mirar el piso.

No hay comentarios: