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domingo, 21 de septiembre de 2008

UN OLOR INDETERMINADO... COMO SOJA, COMO SANGRE..



Quien se pasee por entre un espectáculo así no se sentirá agobiado por su propia hilaridad ni por la de los demás. Aquí y allá un episodio humorístico le divertirá o le conmoverá. (...) Sin embargo, la impresión general es más bien triste y melancólica. La aparente alegría es bastante superficial y poco convincente. Así que, cuando usted vuelva a casa, si posee un humor tranquilo y es dado a la reflexión, sentirá más bien una cierta compasión, y después se dedicará a sus libros y sus asuntos.”
William M. Thackeray,
La feria de las vanidades

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